sábado, 27 de diciembre de 2008

RECUERDOS ARQUEOLÓGICOS DE LA SIERRA DEL TELENO ( LEÓN)

Hace unos pocos días, mi buen amigo Juan Carlos Campos Gómez, vecino de Astorga (León) y con quien comparto la afición de los tableros de juegos grabados en piedra de época romana y medieval, gentilmente me envío estas dos impresionantes fotos de grabados rupestres prehistóricos al aire libre ( más comúnmente conocidos como "petroglifos"), que se encuentran un una gran roca entre los pueblos maragatos de Lucillo y Fiel, llena de cazoletas, círculos y laberintos, a la faldas de la imponente sierra del Teleno. Al otro lado de la cumbre, está el pueblo de Corporales y ello me llevó a recordar un tiempo que pasé excavando por esta zona y que ahora, me permito brevemente comentar en este blog.
Era en el verano de 1980 (recién acabada mi carrera de Geografía e Historia ), cuando con la profesora titular de la Universidad de Santiago de Compostela y buena amiga, Dña. Josefa Rey Castiñeiras, nos decidimos a ir a excavar en tres lugares bien definidos de la península ibérica, para buscar pistas de los"celtas". Primero parcipamos en una magnífica excavación en el castro de San Chuís en Santa Pola de Allande (Asturies), bajo la dirección del entrañable profesor de la Universidad de Salamanca, D. Francisco Jordá Cerdá y acompañados de buenos amigos como Fernando Acuña Castroviejo, Carlos Alberto Ferreira de Almeida, Julián Bécares, Elies Carrocera, Calo Lourido, Javier Sanchez Tablas, Chus Jordá,.... La siguiente excavación fue con el profesor y amigo, D. Jorge Eiroa, de la Universidad de Zaragoza, en el poblado de la I Edad de Hierro, de la Loma de los Brunos, en Caspe (Zaragoza). La inmensidad del desierto de Los Monegros y los hallazgos realizados quedaron muy presentes en mi retina. Y por último, ya de regreso a Galicia, aceptamos gustosos la invitación del investigador del Sericio de Arqueología del Ministerio de Cultura, D. Javier Sánchez Palencia y estuvimos excavando unos días en la Corona y en el Castro de Corporales, en Truchas (León). La excavación, rodeada de altas y bellas montañas fue extraordinaria y a mi me tocó la fortuna de encontrar un magnífico anillo de vidrio romano....El Teleno estaba siempre presente en nuestra vida cotidiana y por esas fechas pude ver por primera vez las primeras canalizaciones y trabajos romanos en roca, para la minería del oro en la zona y también tuve la oportunidad de ver ciervos y gamos en plena naturaleza,...
Hoy al ver las fotos me hacen recordar con nostalgia esos momentos, por diversos motivos. Los primeros son sin duda los más tristes y hacen referencia a las personas que hoy por desgracia ya no están con nosotros, de las que aprendí mucho, no sólo de arqueología, sino del sentido de la vida...Otros recuerdos me llevan a pensar de nuevo en esos objetos arqueológicos que hasta la fecha no había conocido y que luego pude reconocer en mis excavaciones futuras ( como la cerámica marmoráta romana, por ejemplo ) ....Pero esas fotografías también me hacen reflexionar sobre lo que vamos avanzando en los trabajos arqueológicos y en las teorías propuestas en cada momento. Pienso que en esas fechas ( en las últimas décadas del siglo pasado) ningún especialista en la materia, hubiera pensado que se pudiera encontrar un petroglifo tan admirable y bien conservado en esta zona como el que ahora mostramos...Y es gracias a la labor de personas "anónimas" para el mundo de la arqueología "oficial", como puede ser el caso de mi buen amigo Juan Carlos Campos, que con a su ilusión y trabajo constante, recorriendo las tierras de su entorno, logran realizar descubrimientos que hace escaso tiempo eran inimaginables...
Para el que quiera obtener más información sobre este petroglifo y otros temas relacionados con los grabados rupestres en esta zona, pueden consultar el blog de Juan Carlos Campos, titulado La Tierra de los Amacos
Nota.- Ilustran este nostálgico comentario, las fotografías mencionadas, una realizada de día y otra de noche.

lunes, 15 de diciembre de 2008

SOBRE LAS ANTIGÜEDADES DEL MUSEO DEL LOUVRE (FRANCIA)


El Museo del Louvre, desde su creación, a finales del siglo XVIII, no ha dejado de incrementar de forma continua, su gran colección de objetos, entre los que se encuentran auténticas obras excepcionales y de importancia mundial. Este museo parisino que recibe diariamente la visita de miles de turistas de diferentes países del mundo, posee seis departamentos, en los que se exhiben las siguientes colecciones: antigüedades orientales, antigüedades egipcias, antigüedades griegas y romanas, esculturas, objetos de arte y pinturas.
ANTIGÜEDADES ORIENTALES
Son numerosos los restos arqueológicos que nos informan de Mesopotamia, desde sus inicios hasta el Nuevo Imperio Babilónico. Del período arcaico de Sumer y de Akkad tenemos dos piezas impresionantes: la estela de los buitres, fechable hacia el 2450 antes de Jesucristo, que conmemora la victoria de un rey de Lagash y la de igual temática, denominada estela de Naram-Sin, rey de Agadé (datable hacia el 2.270 antes de J.C.)
La civilización neosumeria está muy bien representada por diversas obras escultóricas pertenecientes al reinado del conocido personaje denominado Gudea.
En otra sala podemos observar los hallazgos arqueológicos localizados en las ciudades sumerias de Larsa. Mari y D'Eshumna. Destaca de todos ellos el famoso Código de Leyes del rey Hamurabi (1792-1750 a de J.C.) Luego tenemos testimonios de las civilizaciones que se desarrollan en el Naciente de Mesopotamia a finales del segundo milenio. Destaca el gran capitel del palacio aquénida de Susa; los bronces de motivos animalísticos de Luristán; etc.. A continuación pueden observarse antigüedades sirio-fenicias que van desde e tercer milenio a la época romana, contemplándose también testimonios de las civilizaciones púnicas, chipriotas y de Anatomía. Final¬mente están las salas dedicadas a Asiría, que presentan elementos arquitectónicos decorativos de los palacios de Nimrud, Khorsabad y Ninive. De Khorsabad son los grandes toros alados con cabeza humana descubiertos por el investigador Betta en 1843, una de las piezas más antiguas adquiridas por este departamento.
ANTIGÜEDADES EGIPCIAS
De creación más antigua que el anterior departamento, en éste se pueden observar extraordinarios ejemplares del
Egipto prehistórico hasta nuestra era. Esta sección del Museo del Louvre, de renombre mundial, se enriqueció constantemente de adquisiciones, donativos y la actividad de numerosos investigadores franceses, empezando por su primer conservador, el famoso Champollion. En un rápido recorrido por las salas que lo integran esta sección, podemos apuntar lo siguiente:
Llama la atención al visitante las escenas familiares que se contemplan en el interior del Mastaba de Akhti-hetep (alto funcionario de la quinta dinastía): la estela del rey serpiente: o la tan célebre estatua del escriba sentado, obra maestra del Imperio Antiguo.
Del Imperio Medio poseemos las grandes estatuas de madera del monarca Hapidjefa y de Nakhti, entre otras piezas singulares.
Ya del Imperio Nuevo, periodo de mayor esplendor de la historia del Egipto faraónico, se pueden observar extraordinarias obras: el grupo del dios Amón y del famoso rey Tutankamon (1352-1320); estatuas contemporáneas de Sekhmet, diosa con cuerpo de mujer y cabeza de leona; urna del sarcófago de Ramses III; bajorrelieve de Sethi I y de la diosa Hather;...
Se finaliza el recorrido observando jarras, canopes, es¬telas, el toro Apis y la esfinge, que proceden del Serapeum de Menfis y el busto colosal de Amenofis IV, regalado a Francia por Egipto en 1972, por la salvaguarda de los monumentos de Nubia.
ANTIGÜEDADES GRIEGAS Y ROMANAS
Mármoles, bronces, cerámicas, marfiles, frescos y mosaicos, nos ofrecerán un amplio cuadro cronológico de la historia del arte antiguo, desde los orígenes del helenismo hasta los últimos tiempos del Imperio Romano. De forma especial hay que destacar las célebres y atractivas esculturas de la Victoria de Samotracia y la Venus de Milo. Pero existen otras obras de excepcional interés, como la Hera de Samos, la cabeza de Rampín (representando el período arcaico, siglos VI-VII); o del período clásico (siglos V-IV), las Ergastinas del friso del Partenón; la Venus Genetrix, el Apolo Sauroctono, la Venus de Arles o el Diadumeno; y del período helenístico, el Inope o el gladiador Borghese.
Son abundantes los retratos y relieves históricos que nos introducen en la escultura ro¬mana desde la República has¬ta el fin del Imperio.
La colección de jarros griegos existente en el Louvre, po¬see renombre universal. En ella poseemos un amplio repertorio de escuelas y estilos. Desde los primeros modelos de cerámica griega de motivos geométricos (hacia el 1.000 antes de J.C.) hasta la producción campaniense, fechable hacia el siglo II antes de Jesucristo. Algunos de estos vasos cerámicos están firmados por grandes maestros, como Exekias o Eufronios.
Por ultimo tenemos, un con¬junto de interesantes bronces que reflejan diversos aspectos de las civilizaciones griega, etrusca y romana; espejos, lamparas, armaduras..., destacando la escultura del Apolo de Piombino. datable en el año 500 antes de Jesucristo. De orfebrería podemos señalar la magnifica vajilla de plata localizada cerca de Pompeya, concretamente en Boscoreale.
Sin lugar a dudas el Museo del Louvre es un paraíso para el estudioso de la Arqueología, en el que se puede apreciar extraordinarias obras maestras de fama mundial pertenecientes a las primeras civilizaciones conocidas hasta la época griega y romana. La magnitud de tal conjunto arqueológico hace que ta visita a las salas de antigüedades de este modélico Museo eu¬opeo, dure varios días para poder sacarle el mayor rendimiento posible.
Nota.- Este comentario es el resultado de mi primera visita a este museo en 1983. Fue publicado sobre esa fecha en el Faro de Vigo y lo acompañan algunas de las fotos que realicé en aquella época en diversas salas.

domingo, 14 de diciembre de 2008

VISITANDO ALGUNOS EDIFICIOS PÚBLICOS DE LA MÉRIDA ROMANA

Por las dimensiones y el buen estado de conservación que presentan, podemos considerar que los edificios dedicados a espectáculos públicos en la Mérida romana (esto es, su teatro, anfiteatro y circo), son únicos dentro del mundo urbano de época romana.
Hemos de recordar que la actual Mérida, en dicha época, se denominaba AUGUSTA EMERITA y que el poeta M. Ausonio (que vivirá entre el 300 al 374 de nuestra era) en su famosa obra "Ordo Nobilium Urbium", coloca a la mencionada ciudad en el noveno puesto entre las 17 urbes más importantes de su época.
El teatro
Aprovechando una hondonada del terreno, situada en el ángulo Noroeste de la ciudad, se va a edificar este monumento que estará bien protegido de los vientos dominantes, al encontrarse asentado al resguardo de la colina que dominaba la gran ciudad.
Por el hallazgo en 1974 de la lápida fundacional de este edificio, podemos decir que fue construido por Marco Agripa hacia el año 16 antes de Jesucristo.
El teatro de Mérida sigue fielmente los cánones vitruvianos: una "cavea" o graderío semicircular y enfrente, una "scaena" o escena recta.
En el graderío se pueden diferenciar bien tres zonas: la "imacavea" de 23 gradas; la "media cavea" con 5 gradas; y la "suma cavea" con 4 gradas.
En la "cavea" o graderío se sentaban los espectadores según a las clases sociales a que pertenecían.
La escena o "scaena" está formada por dos cuerpos de columnas de mármol y se encontraba adorna¬da con estatuas y cornisas y frisos de gran riqueza decorativa.
Entre la "scaena" y la "cavea" se situaba la "orchesta" de forma semicircular. Mide 17,50 metros de diámetro.
Entre esta "orchesta" y la "cavea" se localizan tres gradas, destinadas a las autoridades de la ciudad.
Hacia la época de Constantino (inicios del siglo IV d. de J.C.), se realizarán importantes restauraciones en este monumental edificio.
El anfiteatro
Se localiza al lado del teatro, del que lo separa una estrecha calzada de unos 6,50 metros de ancho.
Es de forma elíptica, midiendo su eje mayor (que ésta orientado en dirección Norte-Sur) en su zona interna, unos 54,50 metros. Su eje menor (en dirección Este-Oeste) es de 41,50 metros.
En los corredores de salida se pueden apreciar cuatro estancias o compartimentos. Se cree que algunos serían los "spoliaria", en donde los gladiadores descansaban antes de salir a combatir a la arena, o también "carceres" en donde se encontraban encerradas las fieras que se utilizaban en los espectáculos circenses.
Poseía tres órdenes de gradas o caveas, al igual que tenía el teatro. Un cálculo aproximado sobre el número de espectadores que pudo acoger este anfiteatro, nos acerca a los 14.000 personas, pero ello es bastante problemático.
Por los hallazgos epigráficos efectuados en este monumento, podemos señalar que se fecha la construcción de este anfiteatro hacia el año 8 antes de Jesucristo.
El circo
El circo de Mérida es en realidad un hipódromo para carreras de carros tirados por dos caballos ("bigas") o por cuatro ("cuadrigas"), conducidas por un "auriga".
Se ubica hacia las afueras de la ciudad, pero cerca del valle del río Albarregas. Su fachada se levanta próxima del famoso acueducto de S. Lázaro.
Las dimensiones del circo roma¬no de la antigua Augusta Emérita son extraordinarias: la longitud total del monumento rebasa los 423 metros y su anchura los 114 me¬tros. Su interior o arena mide 30.000 metros cuadrados. La longitud de la misma es de 403 metros y su anchura de 96,50 metros. Está rodeada de una gradería de 9,80 metros de amplitud. Un cálculo aproximado de su capacidad, nos sitúa en unos 30.000 espectadores.
Su forma y estructura es la normal en estos edificios públicos. Con exactitud no conocemos la fecha de construcción de este grandioso monumento, aunque se supone que se puede datar hacia finales del siglo I antes de Jesucristo, como se fechan cronológicamente otros edificios importantes de esta ciudad romana.
En base a una inscripción encontrada en él, podemos decir que el circo romano de Mérida en pleno siglo IV después de Jesucristo fue restaurado y reconstruido "para mayor deleite de la muy esplendoosa colonia de los emeritenses".
BIBLIOGRAFÍA: Para mayor datos sobre el tema es recomendable la lectura del libro titulado "Guía de Mérida" escrito por el profesor Martín Almagro y editado en Madrid en 1981.
Nota.- En la imagen, vista parcial del teatro de Emérita Augusta, en la primera visita que realicé al mismo hacia 1975. Este comentario fue publicado en el Faro de Vigo, unos pocos años después.

VIAJE HISTÓRICO A NUMANCIA ( SORIA)

Muy cerca de Soria se encuentra la famosa ciudad de Numancia, histórico ejemplo de heroísmo de un pueblo prerromano, que para defender su independencia ante Roma, va ha elegir la muerte antes de rendirse. Para conocer la verdadera historia numantina se han de conjugar los datos que han aportado las diferentes excavaciones arqueológicas efectuadas en el yacimiento con los diversos textos clásicos que han llegado hasta nosotros.
Aproximadamente Numancia posee una extensión de unas 22 hectáreas, midiendo sus ejes principales 720y 3l0 metros, respectivamente. Se calcula que pudo alcanzar la cifra de unos 2.000 habitantes, aunque en época de guerra contando con los habitantes de otros pueblos vecinos que se irían a refugiar allí, pudo encerrar dentro de sus murallas hasta 10.000 personas, según han calculado diversos autores.
En la actualidad pueden verse viviendas celtibéricas de planta rectangular y calles con aceras también de dicha época. La casa arévaca poseía varias dependencias o estancias (cocina, bodega....) y su lecho era de materiales vegetales. Sus medidas más usuales eran de unos 12 metros de largo por unos 3 o 4 de ancho.
Fueron muy numerosos los hallazgos arqueológicos que nos revelan diferentes aspectos de este pueblo. Así al lado de diversos tipos de armas (espadas, puñales, puntas de flecha....) se encontraron diferentes utensilios de trabajo agrícola (azadas, hoces,...) En el maravilloso muestrario de cerámica pintada celtibérica encontrado en las excavaciones arqueológicas se pueden documentar aspectos diversos de la vida cotidiana, escenas rituales, etc.
EL FIN DE NUMANCIA
Durante unos veinte arios esta ciudad desafío a Roma, hasta que al final, hacia el año 133 antes de Jesucristo, fue conquistada por Scipio (el mismo que había conquistado y destruido Cartago). Numancia sitiada no fue tomada por las armas romanas sino por el hambre y la peste. Por su gran valor documental, a continuación relatamos el fin de Numancia tal como nos lo cuenta Appianos (la traducción del texto griego se debe a Antonio García y Bellido, en su obra "Veinticinco estampas de la España Antigua" Madrid, 1981).
"Los numantinos, vencidos por el hambre, enviaron cinco mensajeros a Scipio, para saber si, caso de que se entregasen, podían esperar de él un trato benévolo. El presidente de esta embajada. Avaros, ensalzo mucho la resolución y el valor de los numantinos, añadiendo que ninguna falta habían cometido con ello, ya que si sufrieron hasta tal extremo aquellas calamidades, lo hicieron por sus hijos y por la libertad de su patria. Por esto - añadió Avaros -seria digno de ti, Scipio, y de tu fama, el perdonar a este pueblo de tan gran animo y tan grande valor, proponiéndonos a nosotros que acabamos de experimentar tales cambios de fortuna, condiciones llevaderas y soportables. Así, pues, el que la ciudad se entregue si pones condiciones moderadas o que sucumba, en caso contrario, ya no depende de nosotros, sino de ti. Así dijo Avaros, y Scipio que conocía por los prisioneros como estaban las cosas dentro de la ciudad, respondiéndole que era condición que entregasen tanto la ciudad y sus ocupantes, como sus armas. Concedida esta condición por los numantinos, ya sumamente irritados por verse en tal trance, acostumbrados como estaban a una libertad sin trabas y siendo incapaces de soportar órdenes de nadie, se enfurecieron entonces mucho más al considerar sus desventuras. Fuera de si mataron a Avaros y sus compañeros de embajada como nuncios de desgracias y por sospechar que habían tratado con Scipio de salvaguardar sus propios intereses.
Poco tiempo después, faltos los numantinos de todo alimento, sin granos, ni ganados, ni hierbas, comieron primero (tal como otros han hecho en los mismos casos) las pieles cocidas, pero luego, carentes también de pieles, se alimentaron con carne humana. En un principio con la carne de los que morían, la cual cocinaban en pedazos, más luego, desdeñando la de los enfermos, se entregaron los más robustos a matar a los mas débiles. Ninguna calamidad les faltó. Enfurecidos los ánimos por esta clase de alimento, por el hambre y la peste, sus largas cabelleras y el abandono de su cuerpo, acabaron de darles un aspecto como de fieras. En este estado se pusieron de nuevo en tratos con Scipio. Este les mando que aquel mismo día llevasen las armas a un lugar convenido y que al día siguiente se presentasen ellos en otro lugar. Pero los numantinos aplazaron el cumplimiento de esta orden, confesando que muchos aspiraban aun a la libertad prefiriendo quitarse ellos mismos la vida. Por tanto, pidieron un día más de plazo para poder disponer de su muerte...
Nota.- Vista parcial de Numancia ya romana. Este comentario fue publicado en el Faro de Vigo, luego de una visita a Numancia, en 1977

EL MUSEO DE ANTROPOLOGÍA DE LA CIUDAD DE MÉXICO

Hace cerca de unos veinte años tuve la oportunidad de visitar, por primera vez, detenidamente el Museo Nacional de Antropología de la ciudad de México, ubicado más concretamente dentro del Parque Chapultepec sobre el Paseo de la Reforma, que sin lugar a dudas, puede considerarse uno de los más importantes museos del mundo.
Posee unas extraordinarias colecciones arqueológicas y etnográficas, exhibidas de una forma totalmente didáctica, que hace que este centro sea visitado diariamente por cientos de personas.
Fue inaugurado en 1964 y su diseñador fue el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, siendo construido con la idea de continuidad y sencillez pensando en futuras ampliaciones del mismo. Posee asimismo los más modernos sistemas de expositores y juego de luces que realzan y dan mayor relieve a los objetos expuestos. Destacan la gran cantidad de maquetas y reproducciones de monumentos en ocasiones a tamaño natural, que en él se pueden observar.
Frente a la entrada del Museo se puede apreciar la descomunal escultura en piedra de Tlaloc (dios de la lluvia), pieza perteneciente a la cultura teotihuacana.
Hay un servicio de guías de inglés, francés y español que se ofrece con regularidad a grupos de personas. La visita en español es gratuita. En la planta baja se visitan los restos arqueológicos que los antiguos habitantes de México dejaron y que en la actualidad han sido recuperados y se encuentran exhibidos para conocimientos de todas las personas. Son en total doce las salas: La primera está dedicada a la Introducción a la Antropología y da una visión global de esta ciencia relacionada con otras afínes. Le sigue la sala sobre Mesoamérica. A continuación una sobre los origenes Americanos y Pre¬historia de México. Luego entramos de lleno en las culturas del Preclásico, Teotihuacana y Tolteca A continuación tenemos la sala dedicada a la cultura Méxica, la de Oaxaca y culturas del Golfo de México. Nos introducimos finalmente en las salas dedicadas a las culturas Maya, del Norte de México y del Occidente de México.
En la planta alta se exhibe la colección etnográfica, que nos informa sobre las costumbres, la vida cotidiana, la indumentaria, etc. de los diferentes pueblos que habitan diversas zonas del territorio mexicano en la actualidad y que descienden de las culturas arqueológicas que se pueden estudiar en la planta baja del Museo. En total son nueve salas: Introducción a la Etnografía de México: Coras y Huicholes: Tarascos, Otomíes, La Sierra Norte de Puebla, Zona Oaxaqueña, el Golfo de México, Mayas y Culturas del Noroeste de México.
Tenemos pues un total de 21 salas de exhibición las que se pueden visitar, pero además el Museo posee otras dependencias también muy necesarias en un centro moderno de este tipo. Nos referimos a departamentos educativos, de restauración, investigación, antropología, etnografía, lingüística, mantenimiento museográfico, una sala de exhibiciones temporales en donde se exhiben normalmente exposiciones foráneas importantes o piezas recientemente descubiertas en el país y un Auditorio que es utilizado para dar conferencias sobre temas diversos.
Por último podemos señalar que en los sótanos del Museo se encuentran amplios alma¬cenes en donde se guardan cuidadosamente las piezas que no se encuentran en exposición permanente y un archivo con millones de documentos procesados en microfilm. No podía faltar en este magnífico Museo un amplio restaurante y una surtida librería, que hace la delicia de expertos y profanos.
Nota.- A la entrada del edificio en que se encuentra el museo, podemos ver una monumental escultura de “Tlaloc”, el dios de la lluvia, para los antiguos mexicanos. Este breve comentario que hoy se reproduce aquí, fue publicado en el Faro de Vigo”, en la década de los ochenta del siglo XX.

LOS "ATLANTES" DE TULA (MÉXICO)

TULA se encuentra a unos 80 kilómetros de la ciudad de México. Fue la capital de los Toltecas, que luego parte de ellos emigrarían a Yucatán, lo que explicaría la semejanza de las pirámides que levantaron y la Chichen-Itzá.
Lo que más llama la atención al que visita por primera vez este gran conjunto arqueológico con fama mundial, son las monumentales figuras de guerreros del edificio de Thahuizcalpantecuhtli, representaciones que son conocidas vulgarmente por "los atlantes" y cuya función originaria era la de servir de pilares en dicha pirámide.
Hoy nos vamos a adentrar un poco en este espectacular mundo prehispánico.
HISTORIA DE TULA
La ciudad de Tula fue fundada hacia el 900 después de Jesucristo por Ce Acatl Topiltzin Quelzalcoatl, aunque hay que señalar que antes de llegar los toltecas comandados por dicho personaje, ya existí a un grupo establecido en esta zona.
La convivencia de estos dos grupos humanos debió ser muy problemática. La historia tolteca-chichimeca nos señala como un grupo abandona el lugar, quedándose el otro en el mismo.
Pero la vida en esta ciudad continuó siendo conflictiva tanto internamente como con sus pueblos vecinos.
La caída de Tula, como centro de vital importancia socio-cultural para esta área geográfica, se sitúa hacia el 1165, pasan¬do a estar bajo control de Tenochtitlan
Los monumentos que hoy día puede visitar el turista y que nos hablan de la grandeza de esta cultura, corresponden a edificios que se situaban en la plaza prin¬cipal de la ciudad. Destacan los siguientes:
El palacio; el templo principal; el edificio de los "atlantes" o de Thlahuizcal-pantecuntli (del que hablaremos a continuación); el palacio quemado; el adoratorio o altar; el tzompantli; y los dos juegos de pelota, entre otros.
EDIFICIO DE LOS ATLANTES O DE TLAHUIZCALPANTECUHTLI
Para analizar brevemente este interesantísimo monumento, recogemos lo que de él nos describe, Eduardo Matos Moctezuma, gran arqueólogo mexicano y coordinador del magno proyecto arqueo¬lógico que sobre Tula se realizó de 1972 a 1976:
"Este edificio se encuentra en el lado norte de la plaza y frente a el, se halla un gran vestíbulo con numerosos pilares. Consta de varios cuerpos que original¬mente estuvieron cubiertos con paneles de piedra, las cuales representan lo que parece ser una deidad muy elaborada, y a sus lados, unas aves que están devoran¬do lo que se ha interpretado como cora-
zones, de los que brotan tres gotas de sangre. Arriba de este detalle, se encuen¬tran representados jaguares y coyotes, algunos de los cuales llevan un collar al cuello. En la fachada este y norte, pueden verse estas figuras. Al explorarse el edificio, en la década de los años cuarenta, se descubrieron en su lado norte los restos de los llamados ATLANTES, los que finalmente fueron colocados en la parte superior, para lo cual se reconstruyeron algunos cuerpos del edificio, al igual que su escalinata principal, de la que no quedaba casi nada
Estos ATLANTES y los demás pilares descubiertos están hechos en secciones, con el sistema de espiga y caja; es decir, que se van colocando las piezas una sobre otra, empotrándose la saliente o espiga de la pieza de abajo en un agujero que presenta la que va colocada arriba, y ésta, a su vez, tiene una espiga en su parte superior para la siguiente pieza.
Los ATLANTES son representaciones de guerreros. En su mano derecha, llevan un atlatl o lanzadardos, y en la otra, un haz de flechas. Sobre el pecho, tienen un pectoral en forma de mariposa, y visten con un faldellín y un gran cinturón anudado al frente; en su parte posterior, tienen un disco solar. Las dos atlantes centrales son originales, mientras que el de la izquierda es una copia
Los pilares muestran la representación de un personaje que se ha identifica do como Quetzalcoatl, y un atado de fechas. Tanto en la base, como en la parte intermedia y alta del pilar, puede verse la figura de lo que aparece un cipactli (cocodrilo).
Al norte de este edificio se conservan restos del Coatapantli o muro de serpientes, en el que aparece pintada una serpiente de cascabel y un individuo semidescarnado".
BIBLIOGRAFÍA:
Eduardo Matos Moctezuma: Tula Editorial GV. México, 1982.
Varios autores: Guía Oficial de Tula . Editada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. México. 1979
Nota.- La primera publicación de este pequeño comentario sobre este yacimiento fue publicada en el Faro de Vigo, hacia 1985. En las fotografías dos vistas del conjunto arqueológico.

TEOTIHUACÁN: LA CIUDAD DE LOS DIOSES

El extraordinario conjunto arqueológico de Teotihuacan, al Noroeste de la ciudad de México y a escasos kilómetros de la misma, es conocido vulgarmente como "La ciudad de los dioses". La zona arqueológica posee forma elíptica de 2,5 kilómetros de longitud en su eje mayor, orientado Norte-Sur, por 1 kilómetro de ancho.
La avenida principal, llamada "calzada de los muertos" posee a sus laterales numerosos monumentos piramidales y arquitectónicos, destacando de entre todos las mundialmente conocidas, por expertos y profanos, "pirámide del Sol" y "pirámide de la Luna".
Todos los arqueólogos coinciden en decir que cuando los aztecas llegaron al valle de México. Teotihuacan ya era una ciudad abandonada Este fue el lugar, que según su mitología, los dioses se reunieron para crear el Sol y la Lu¬na. Para ello edificaron dos monumentales pirámides para que se sacrificasen arrojándose desde su punto más alto a una gran hoguera. Siguiendo la mitología, se nos cuenta como los dioses Nanauatzin y Tecciztecal, al morir de tal manera, resucitaron y se convirtieron en el Sol y la Luna, dando así nombre a las mencionadas pirámides.
La pirámide del Sol posee unos 144 metros de altura y 225 metros de longitud en su base.
La pirámide de la Luna es mu¬cho más pequeña pues su basamento cuadrangular mide aproximadamente unos 150 metros y su altura no rebasa los 45 metros. Pe¬ro al encontrarse en un terreno más elevado que la anterior, da la impresión de poseer igual altura que la del Sol, desde su cúspide.
Las pirámides de Teotihuacan, al igual que ocurre con la mayoría de las conocidas en México y Centroamérica, no fueron monumentos funerarios, como sucedería en Egipto, por ejemplo. Fueron edifi¬cadas para que sirvieran de base a templos que se elevaban en la cúspide de las mismas. Sin embargo hay excepciones, si recordamos la de Palenque, Chis y algunas del valle de Oaxaca. Además de estos dos grandes monumentos, Teotihuacan ofrece al turista numerosos complejos arqueológicos dignos de ser contemplados y analizados con detalle: la ciudadela y el templo de Quetzalcoatl; el conjunto "Los Patolli" y los edificios superpuestos; el grupo "Viking" o"pisos de mica" y la casa de los sacerdotes; el templo de la agricultura y animales mito¬lógicos; el palacio del Quetzalpapalotl y el de los Jaguares; la subestructura de los caracoles emplumados; etc.
Todo ello nos va revelando la extraordinaria importancia que poseyó esta ciudad hacia los siglos VI-VII de nuestra era.
Esta ciudad se dedicó mayoritariamente al comercio y la producción de artesanías, como nos lo atestiguan objetos arqueológicos teothiuacanos localizados en puntos tan lejanos como las ciudades mayas localizadas en Guatemala, por ejemplo.
La sociedad era compleja y poseía estamentos, desempeñando los sacerdotes un destacado papel, no sólo en temas religiosos, sino también en la administración pública, los arquitectos, artistas y artesanos también debieron de poseer un cierto prestigio social. Pero sin lugar a dudas, la base de esta sociedad estaba en los agricultores que suministraban los productos alimenticios para la población dedicada a otras actividades.
Se cree que la ciudad fue destruida hacia el año 750 de nuestra era, debido a una insurrección popular causada por una dura y férrea dictadura militar, que según puede deducirse de algunos datos arqueológicos, sometió a la ciudad en su última etapa, adquiriendo extraordinaria importancia durante este período el estamento militar.
Nota.- En las imágenes, "la calzada de los muertos" y la "pirámide del sol". (Este breve artículo fue publicado por primera vez en la década de los ochenta del siglo pasado, en el diario "Faro de Vigo", al venir de mi primer viaje a ese espectacular país.