Hace cerca de unos veinte años tuve la oportunidad de visitar, por primera vez, detenidamente el Museo Nacional de Antropología de la ciudad de México, ubicado más concretamente dentro del Parque Chapultepec sobre el Paseo de la Reforma, que sin lugar a dudas, puede considerarse uno de los más importantes museos del mundo.
Posee unas extraordinarias colecciones arqueológicas y etnográficas, exhibidas de una forma totalmente didáctica, que hace que este centro sea visitado diariamente por cientos de personas.
Fue inaugurado en 1964 y su diseñador fue el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, siendo construido con la idea de continuidad y sencillez pensando en futuras ampliaciones del mismo. Posee asimismo los más modernos sistemas de expositores y juego de luces que realzan y dan mayor relieve a los objetos expuestos. Destacan la gran cantidad de maquetas y reproducciones de monumentos en ocasiones a tamaño natural, que en él se pueden observar.
Frente a la entrada del Museo se puede apreciar la descomunal escultura en piedra de Tlaloc (dios de la lluvia), pieza perteneciente a la cultura teotihuacana.
Hay un servicio de guías de inglés, francés y español que se ofrece con regularidad a grupos de personas. La visita en español es gratuita. En la planta baja se visitan los restos arqueológicos que los antiguos habitantes de México dejaron y que en la actualidad han sido recuperados y se encuentran exhibidos para conocimientos de todas las personas. Son en total doce las salas: La primera está dedicada a la Introducción a la Antropología y da una visión global de esta ciencia relacionada con otras afínes. Le sigue la sala sobre Mesoamérica. A continuación una sobre los origenes Americanos y Pre¬historia de México. Luego entramos de lleno en las culturas del Preclásico, Teotihuacana y Tolteca A continuación tenemos la sala dedicada a la cultura Méxica, la de Oaxaca y culturas del Golfo de México. Nos introducimos finalmente en las salas dedicadas a las culturas Maya, del Norte de México y del Occidente de México.
En la planta alta se exhibe la colección etnográfica, que nos informa sobre las costumbres, la vida cotidiana, la indumentaria, etc. de los diferentes pueblos que habitan diversas zonas del territorio mexicano en la actualidad y que descienden de las culturas arqueológicas que se pueden estudiar en la planta baja del Museo. En total son nueve salas: Introducción a la Etnografía de México: Coras y Huicholes: Tarascos, Otomíes, La Sierra Norte de Puebla, Zona Oaxaqueña, el Golfo de México, Mayas y Culturas del Noroeste de México.
Tenemos pues un total de 21 salas de exhibición las que se pueden visitar, pero además el Museo posee otras dependencias también muy necesarias en un centro moderno de este tipo. Nos referimos a departamentos educativos, de restauración, investigación, antropología, etnografía, lingüística, mantenimiento museográfico, una sala de exhibiciones temporales en donde se exhiben normalmente exposiciones foráneas importantes o piezas recientemente descubiertas en el país y un Auditorio que es utilizado para dar conferencias sobre temas diversos.
Por último podemos señalar que en los sótanos del Museo se encuentran amplios alma¬cenes en donde se guardan cuidadosamente las piezas que no se encuentran en exposición permanente y un archivo con millones de documentos procesados en microfilm. No podía faltar en este magnífico Museo un amplio restaurante y una surtida librería, que hace la delicia de expertos y profanos.
Nota.- A la entrada del edificio en que se encuentra el museo, podemos ver una monumental escultura de “Tlaloc”, el dios de la lluvia, para los antiguos mexicanos. Este breve comentario que hoy se reproduce aquí, fue publicado en el Faro de Vigo”, en la década de los ochenta del siglo XX.
domingo, 14 de diciembre de 2008
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